"La adaptación es fundamental y especialmente en España", explica Francisco Heras, de la Oficina Española contra el Cambio Climático

Las proyecciones sobre la futura evolución del clima señalan que, pese a los esfuerzos para reducir las emisiones que se llevan a cabo, los efectos del cambio climático se sentirán durante décadas. Por ese motivo la adaptación al cambio climático es una estrategia necesaria a todas las escalas y en el próximo Conama Local València 2017 se dedicarán a esta cuestión diversas sesiones, que se enmarcan en el proyecto Red de Innovación en Adaptación al Cambio Climático que lleva a cabo la Fundación Conama con el apoyo de la Fundación Biodiversidad.
 
Entre los diversos especialistas que participarán en el congreso, hablamos con Francisco Heras, de la Subdirección General de Coordinación de acciones frente al Cambio Climático de la Oficina Española de Cambio Climático, quien con ocasión de la reunión preparatoria del encuentro de València del Grupo de Trabajo de Adaptación de Conama nos explica los avances que se están llevando a cabo y los retos que hay que abordar.

PREGUNTA.- ¿Por qué es tan importante la adaptación al cambio climático y especialmente en España?
 
RESPUESTA.- Antes de nada, habría que señalar que el futuro no está escrito y que la relación entre adaptación y mitigación es estrechísima, porque cuanto más consigamos mitigar más margen tendremos para adaptarnos de forma exitosa. Pero dicho esto, hay que recalcar que la adaptación es fundamental y especialmente en España. Ya el quinto informe del IPCC, que tiene un capítulo para Europa, dice con claridad que el área mediterránea es con diferencia la que sufrirá peores impactos en Europa. Otros informes, como PESETA (Projection of Economic impacts of climate change in Sectors of the European Union based on bottom-up Analysis), que va por su tercera entrega, señalan que en el mundo mediterráneo se conjugan numerosos factores que hacen que el tema sea especialmente delicado.
 
P.- ¿En qué consiste esa particularidad?
 
R.- Un asunto principal es que el aumento de temperaturas va a coincidir con una disminución de las precipitaciones. Y esa combinación entre menos lluvia y más temperaturas implica riesgos de desertificación, incendios, sequías o de intrusión marina... y afectará al sector agrario y forestal, a la calidad de vida en las ciudades o al turismo. Hay un conjunto amplísimo de riesgos, porque si cruzas la excepcionalidad mediterránea con el cambio climático y otros efectos se genera un conjunto de problemas realmente serios. No me gusta el discurso del alarmismo, pero hay que reconocer que hay sectores que tienen unas vulnerabilidades muy preocupantes a las que hay que dar respuesta y sobre las que hay que trabajar mucho.

Reunión del Grupo de Trabajo de Adaptación de Conama.

P. - El Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático data de 2006. Pasada más de una década ¿qué balance se puede hacer?
 
R.- El plan ha envejecido muy bien. Nuestra impresión es que que como marco general para organizar la acción en materia de adptación nacional ha funcionado y sigue teniendo bastante vigencia. También es cierto que se actualiza en planes de trabajo. El primero fue 2006-2009, el segundo fue hasta 2013 y ahora estamos en el periodo 2014-2020. No obstante, es cierto que hay algunos temas nuevos que probablemente sí aconsejen que el plan se actualice, y también está el marco de la Ley de Cambio Climático actualmente en preparación, que sería otro elemento más que justificaría que el plan se revise en un futuro cercano.
 
P.- ¿Cuáles son esos frentes nuevos que empiezan a aflorar?
 
R.- Hay cuestiones diversas. Por ejemplo, cómo influye el cambio climático fuera de nuestras fronteras en nuestro propio país, que es una dimensión que el plan no contemplabla en 2006. También señalaría el énfasis que ahora se está poniendo en sectores sociales desfavorecidos y cómo deben ser tratados con especial consideración en cuanto a adaptación.
 
P.- ¿Cuáles son los puntos que mejor han funcionado del Plan Nacional?
 
R.- Yo creo que ha funcionado muy bien el eje 1, que es el que tiene que ver con la elaboración de estudios de impactos, vulnerabilidad y con la primera detección de medidas de adaptación. La mayoría de los sectores tienen ya algún tipo de análisis en ese sentido que está siendo muy útil de cara a empezar a plantear el trabajo con los actores clave. También creo que hemos conseguido avances interesantes en el eje de la transversalidad, como la incorporación del componente adaptativo en los planes hidrológicos y en planes clave que tienen que ver con la gestión de los riesgos hídricos como son los planes de inundaciones o los planes de sequías. Ahora mismo está en marcha también la incorporación de los temas de adaptación en las evaluaciones de impacto ambiental y también se han hecho cosas en el campo de la sanidad o de las obras públicas.
 
P.- El Conama Local València 2017 abordará la adaptación al cambio climático con un foco preferente en la escala local. ¿Cómo está esa cuestión ahora mismo?
 
R.- En el ámbito municipal el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático ha aportado una herramienta concreta que son las guías para la elaboración de planes de adaptación, de las que se han hecho dos entregas, que facilita mucho la parte metodológica de los municipios. La segunda pata es el apoyo económico, que es fundamental sobre todo para municipios que tienen menos capacidad. Con los planes PIMA Adapta se hizo una línea de subvenciones con la cual ya se está empezando a financiar la elaboración de algunos planes de adaptación y la idea es encontrar más instrumentos financieros.
 
P.- ¿Qué herramientas tienen las corporaciones locales para prever sus necesidades de adaptación?
 

R.- Cuentan con un visor de escenarios de cambio climático que permite consultar bajo distintas hipótesis cuál puede ser la evolución de los parámetros climáticos en una zona concreta. Hemos trabajado con AEMET, que genera una serie de escenarios climáticos regionalizados. Y desde la plataforma Adaptecca generamos un visor que ofrece un acceso amigable a esos datos y permite ver una provincia o una cuenca hidrográfica. El visor está basado en interpolación de 300 estaciones de AEMET con varias variables. Es intuitivo, rápido, funciona bien; da consultas gráficas y permite descargarse los datos,  pero para el año que viene queremos tener una nueva aplicación que va a mejorar todavía más. Vamos a tener un visor basado en modelos dinámicos, que tienen otro funcionamiento. Se toma un modelo global del clima y lo regionalizas, lo que te permite tener una rejilla con mucha más información. Esperamos tener por lo menos 15 variables nuevas derivadas de estos modelos globales, lo que va a ser un avance interesante.